financiación
28 Oct. 2021

El coste de la financiación: de la TIN a la TIR pasando por la TAE

 

Nuestro equipo ha hecho un esfuerzo notable para disponer de una previsión de la evolución de mercado para los próximos ejercicios. También hemos sido capaces de estimar el potencial de nuestra participación en las ventas y hemos calculado las unidades que podríamos entregar al precio marcado por los consumidores. 

A partir de ese momento, ajustamos los costes de producción y de la estructura necesaria para su elaboración y, por fin, conseguimos que la actividad sea rentable: el EBITDA (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) es suficiente como para devolver los capitales ajenos utilizados y el BAIT (beneficios antes de intereses e impuestos) soportaría el coste de utilización de la estructura financiera, así como las correspondientes cargas fiscales. Los accionistas se dan por satisfechos tanto con la rentabilidad obtenida como con el pay-out resultante.

Es el momento de mirar hacia la estructura económica. Debemos evaluar el montante de la inversión necesaria para llevar a cabo el plan de producción previsto, analizando tanto los requerimientos de capital fijo como de capital circulante. El resultado será una lista valorada de bienes y servicios que deberemos adquirir en el mercado, pero esa misma lista también nos indicará el importe de la financiación necesaria, entre la que se encuentra la financiación ajena, es decir, aquella que tiene un plazo fijo para su devolución.

Ahora, la cuestión es ¿qué criterios debemos tener en cuenta para seleccionar la financiación ajena más adecuada para nuestro proyecto empresarial?

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¿Qué es el coste de la financiación?

A la hora de seleccionar nuestras fuentes de financiación ajena, debemos evaluar múltiples aspectos para asegurarnos de que estamos eligiendo la opción más adecuada: importe concedido, período de carencia, plazo de devolución, garantías necesarias y coste de la financiación, que podríamos definir como la remuneración que debemos abonar, por todos los conceptos, en contrapartida a la utilización del capital obtenido.

Así, aparentemente, el coste de la financiación resulta bastante sencillo de calcular: sería el excedente abonado sobre el capital inicialmente concedido. Sin embargo, cuando queremos comparar los costes de distintas alternativas de financiación, la información en términos absolutos puede que no resulte adecuada, puesto que el período temporal en el que debemos pagar el coste también puede condicionar nuestro análisis.

Ese es el motivo por el que expresamos el coste en términos porcentuales, y, de esta manera, la comparación resulta mucho más precisa.

Tasas para comparar costes de financiación

Ahora, la cuestión se concreta en ¿cuál es la tasa o el tipo de interés que deberemos utilizar para que la comparación entre distintas alternativas resulte de utilidad real? Para responder esta pregunta deberemos, en primer lugar, examinar los distintos costes asociados a la obtención de un préstamo.

  • El principal son los intereses devengados. Se calculan aplicando la tasa de interés nominal (TIN) al capital pendiente de devolución en cada uno de los plazos pactados en el contrato. Puesto que la TIN es anual, los plazos de pago de intereses inferiores al año se calculan mediante la tasa de interés efectiva (TIE).
    La TIN se pacta en el contrato de préstamo, mientras que la TIE se obtiene dividiendo la TIN entre el número de veces que debemos pagar en un año (m). De esta manera: TIE= TINm
    Obsérvese que el cálculo de m resulta muy sencillo, ya que basta dividir los días del año financiero, 360, entre el período de pago de los intereses. Si, por ejemplo, pactamos un pago de interés cada 50 días, m=7,2 (m=360/50=7,2); si el acuerdo es de pago semestral, m=2 (m=360/180=2).
    Si nos comportamos como consumidores racionales, en general, mantendremos el principio por el que un euro hoy vale más que un euro en el futuro. Esto significa que, entre dos préstamos con la misma TIN, será preferible aquel que nos permita una mayor demora en los pagos.
    Por lo tanto, la TIN o su derivada, la TIE, no son tasas buenas para comparar distintas alternativas financieras.
  • Existen otros costes del préstamo además de los intereses, como pueden ser las comisiones (de estudio, de apertura, de mantenimiento, de no disponibilidad, etc.), los gastos propios de la operación, el mantenimiento de depósitos, el de las tarjetas de crédito, etc.

Las autoridades de cada país establecen la fórmula para calcular la tasa que tendrá en cuenta la totalidad de costes incluidos en una operación financiera, de manera que resulte comparable para cualquier tipo de operación y para cualquier entidad.

En el caso de la CEE, se ha definido la tasa anual equivalente (TAE) y en su cálculo intervienen los flujos netos de caja (FNC) originados con motivo del préstamo y que incluyen todas las entradas y salidas de efectivo que hayan tenido lugar en cada uno de los períodos pactados en el contrato.

La tasa anual equivalente (TAE) y cómo calcularla

A pesar de que las propias entidades financieras tienen la obligación de detallar la TAE de las distintas facilidades crediticias que ofrecen, debemos tener en cuenta dos cuestiones importantes:

  • No siempre se incluye la totalidad de los costes asociados.
  • Cuando la TIN de un préstamo es variable, no podemos saber cuál será la nueva tasa resultante tras su actualización. Por este motivo, la TAE se calculará como si se tratara de un préstamo a tipo fijo, pero indicando la expresión «TAE variable».

En cualquier caso, si deseamos realizar el cálculo por nosotros mismos, el proceso sería el siguiente:

  1. Obtenemos los FNC en períodos regulares originados por el préstamo, expresando con signo + las entradas de efectivo y con signo – las salidas de nuestra caja.
  2. Calculamos la tasa interna de retorno (TIR) correspondiente a dichos FNC utilizando la fórmula: PN=i=1nFNCi(1+i)i, donde:
    • i es la TIR del período que estamos considerando. Observemos que en el caso de que no existan gastos adicionales a los propios intereses, tendríamos que TIR = TIE.
    • PN es el importe del préstamo recibido en el momento inicial, una vez descontadas las comisiones y los gastos imputados al mismo con cargo al prestatario.
  3. Calculamos la TAE final de la operación utilizando la fórmula: TAE=(1+TIRm)m-1, 

Donde m es el número de veces que debemos realizar el pago en un año.

La TAE y los costes adicionales asociados a un crédito

En ocasiones, también puede haber otros costes necesarios para la obtención o tramitación de una facilidad crediticia que no están directamente relacionados con el préstamo en sí. Nos referimos a gastos que debe soportar el tomador del préstamo como los de notaría, registros, abogados, valoración y tasación de activos, obtención de garantías, etc.

Parece evidente que estos pagos tendrán incidencia en el coste total de la financiación y podrían llegar a condicionar nuestra selección. Sin embargo, las entidades financieras no tienen obligación de considerarlos en el cálculo de la TAE que ofrecen al prestatario.

En el caso de que quisiéramos disponer de la información real del coste de la financiación, podríamos utilizar el sistema expuesto anteriormente con solo incluir estos pagos adicionales en los FNC como salidas de caja adicionales en el período en que se producen realmente.

Dificultades y facilidades del cálculo de la TAE

Tal vez, la principal dificultad para obtener la TAE radique en el cálculo de la TIR, debido a la complejidad de la fórmula empleada. Sin embargo, también aquí la tecnología ha venido a echarnos una mano y ya no es necesaria ni la utilización de sofisticados métodos de cálculo ni calculadoras especializadas en finanzas.

Cualquiera de los programas de hojas de cálculo más populares incorpora, entre las fórmulas financieras a disposición del usuario, la que nos permite calcular la TIR. El único requisito es conocer la totalidad de los FNC derivados de la solicitud y amortización del préstamo.

En definitiva, el coste de la financiación es un elemento esencial a la hora de seleccionar las distintas alternativas que nos ofrece el mercado. Sin embargo, esta información puede no ser comparable en la manera como las entidades nos ofrecen la información.

Es necesario utilizar un sistema para sintetizar y homogeneizar esta información, de manera que resulte fácilmente comparable. En la CEE, las autoridades han decidido que este elemento sea la tasa anual equivalente (TAE) y lo mejor es entender y dominar el cálculo de esta tasa para elegir la mejor alternativa de financiación.

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Fernando Belmonte