Primero vino el vapor y las primeras máquinas que mecanizaron y automatizaron parte del trabajo. Después la electricidad, la cadena de montaje y la producción en masa. La tercera era de la industria surgió con los ordenadores y los inicios de la automatización, cuando los robots y las máquinas comenzaron a reemplazar a los trabajadores en las líneas de montaje.
Cuarta revolución industrial: Industria 4.0.
Ahora ya tenemos aquí la cuarta revolución industrial, y por eso se habla de la Industria 4.0. Pero ¿en qué consiste realmente esta nueva era industrial? La Industria 4.0 introduce lo que se ha llamado la «fábrica inteligente» (smart factory), y que engloba tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT, Internet of Things), realidad virtual, realidad aumentada, Big Data, Analytics, Inteligencia Artificial, una nueva generación de Robótica, etc., que está configurando el así llamado Industrial IoT (IIoT).
La tecnología 5G ya está aquí
Y aquí es donde la nueva generación de telefonía móvil jugará un papel determinante. 5G nos trae una red móvil no solo para interconectar personas, sino también para interconectar y controlar máquinas, objetos y dispositivos. Ofrecerá elevados niveles de rendimiento y eficiencia que permitirán nuevas experiencias de usuario y conectará estas nuevas smart factories. Poder multiplicar por mil la actual capacidad de transmisión de datos de manera más rápida y dinámica posibilitará un sinfín de nuevos usos industriales, municipales o domésticos que aún ni imaginamos, y que pondrán en uso un gran número de sensores y actuadores (las previsiones de Gartner calculan más de 20.400 millones de dispositivos conectados en 2020).
Si la tecnología móvil 4G revolucionó el mercado de consumo, 5G está llamada a transformar el espacio industrial. Las redes 2G fueron diseñadas para voz, 3G para voz y datos, y 4G para experiencias de banda ancha. La 5G es la quinta generación de tecnología de comunicaciones inalámbricas que permitirá nuevos casos de uso que requieren muy baja latencia y muy alta fiabilidad para trabajar en tiempo real: vigilancia y seguridad, transporte y logística, telemedicina, conducción autónoma, smart city…
Referente a la IoT, la nueva red 5G podrá conectar una gran cantidad de sensores incorporados en prácticamente cualquier dispositivo susceptible de ser medido, aportando la capacidad de soportar futuros servicios que actualmente no pueden ser ni tan solo imaginados. Junto con el Cloud Computing, el Big Data, y el Analytics, asistiremos a la creación de una especie de gran cerebro virtual en la nube.
Si nos centramos más en el IoT, la aplicación de comunicaciones 5G se notará sobre todo en dos esferas:
- Automatización de operaciones: la automatización de fábrica se extenderá a la producción de bienes de todo tipo tales como automóviles, electrodomésticos, prendas de vestir, alimentación, etc.
- Control de procesos: los procesos controlados automáticamente basados en la recopilación y análisis continuo de datos se aplicarán en toda la cadena de refinerías de petróleo, plantas de energía, fábricas de papel, etc.
Hasta ahora, la necesidad de comunicaciones bidireccionales entre dispositivos electrónicos se solventaba con un esquema de direccionamiento IP apropiado gestionado por operadores especializados de redes móviles M2M, que obliga a contratar tarifas más altas a medida que se extendía el perímetro. Con las redes 5G no habrá restricciones por distancias u obstáculos, pero además permitirá utilizar planos independientes superpuestos o por debajo de la red, a menudo utilizando otros tipos de señal como WiFi, Bluetooth o RFID según convenga, para garantizar la eficiencia energética en servicios de proximidad o basados en la ubicación en los de detección, abriéndose a la creación de redes capilares y a medida.
¿Y para cuándo?
Su lanzamiento masivo no se espera hasta el 2020, aunque algunos fabricantes ya están incorporando elementos en sus especificaciones de productos y servicios. Hasta el momento, no existe un estándar de tecnología 5G «fijado en piedra». La 5G utilizará un espectro de banda alta, que está mucho menos congestionada que el actual de banda baja. Pero se necesita que organismos reguladores, operadores de red y otras partes interesadas se pongan de acuerdo. La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) espera tener listo un borrador del estándar 5G hacia fines de este año o principios de 2018, que deberá ser discutido y acordado para tenerlo aprobado a mediados de 2019, para poder comenzar la implementación en el previsto 2020.
Sin duda, el 5G no solo mejorarán nuestros smartphones, sino que afectará también a toda la industria y sus procesos, con velocidades de transmisión mucho más rápidas y estables, una mayor densidad de datos por conexión y un coste por terabyte más abordable, con una menor latencia en los tiempos de respuesta. Esta estabilidad y corta latencia son claves para comunicaciones críticas y que requieren de una conectividad confiable, como control remoto de infraestructuras clave, vehículos y transportes autónomos, control remoto de maquinaria pesante, procedimientos médicos, y todo lo que la mente del hombre sea capaz de imaginar.
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