La robótica es uno de los componentes de la Inteligencia Artificial (IA) que llega pisando fuerte en todos los sectores de la industria. Según datos del informe anual del World Robotics 2020 Industrial Robots analizados por Statista, en 2019 existían 2,7 millones de robots a nivel mundial que ya tenían participación y operaban en fábricas. En este sentido, es importante resaltar que algunos campos ya cuentan con una alta implantación de esta ciencia, pero, en los entornos sanitarios, el uso de la robótica se hace de una forma más cauta para garantizar la seguridad de los pacientes y el desarrollo de las competencias profesionales del personal médico.
La robótica, la ciencia que estudia a las máquinas capaces de simular trabajos humanos, no solo se emplea para realizar tareas asistenciales, en el caso de los entornos sanitarios, sino también para mejorar la experiencia del paciente y brindar atención de calidad.
En este artículo, queremos compartir información sobre la robótica, su función en el sector de la salud y la posibilidad del humanismo en entornos robotizados.
La robótica en el sector salud
La robótica en el campo médico hace posible, sobre todo, que se agilice la asistencia hospitalaria, simplificando la atención, pero también hay algunas máquinas que, por ejemplo, intervienen en cirugías. Dicho esto, la incorporación de robots en el sector salud depende, en gran medida, del tipo de uso que se le quiera dar y del objetivo que se desee cumplir.
Dentro de la robótica podemos mencionar los entornos robóticos, que simulan tareas y movimientos del ser humano. Un ejemplo de ello en la sanidad es la robótica dentro de los entornos quirúrgicos. En estos entornos, las máquinas son capaces de mejorar tareas y actividades respecto a los humanos.
A pesar del avance de la tecnología, el sistema sanitario aún carece de espacios laborales completamente automatizados, a diferencia de otros sectores que también trabajan de cerca con la atención de las personas. Aun así, es importante destacar que la carga de tareas administrativas en sanidad es cada vez mayor y eso hace que el contacto con el paciente y su familia, clave de la profesión médica, se reduzca o aleje más de lo ideal. Es aquí donde la automatización juega un papel de alto impacto y puede aportar valor en tareas rutinarias.
La introducción de sistemas sanitarios automatizados a través de la robótica supone una gestión de cambio y de fortaleza y no es la amenaza laboral que inicialmente se podría suponer.
La robótica resulta un reto y aplicada de forma inteligente y estratégica en el sector médico puede ayudar en:
- La planificación del personal médico.
- El control de la disponibilidad de los productos y artículos médicos.
- El transporte de materiales y menús.
- La atención al usuario o paciente según sus peticiones o necesidades.
- La colaboración en entornos quirúrgicos.
La utilización de robots en los entornos quirúrgicos no es, en realidad, nada nuevo. Desde hace varios años se usan como equipos de apoyo a la cirugía, manejados a distancia desde consolas ubicadas en el quirófano, permitiendo precisión en la técnica quirúrgica para la obtención de mejores resultados.
Actualmente, el concepto que se busca adoptar es el de entornos de robótica colaborativa que, junto con la incorporación de las capas de inteligencia artificial, permitirá no solo simular las cirugías sino incorporar niveles de predicción de riesgo.
Robótica + humanismo = robótica colaborativa
Se cree que la humanización y la robótica son conceptos o fenómenos que no pueden interrelacionarse, pero, en realidad, ocurre todo lo contrario: los seres humanos deben aprender a convivir con esta rama de la ciencia, que cada vez tiene más fuerza.
En este sentido, el contacto humano, la experiencia del paciente y la robótica social o de humanización, son claves a incorporar en los entornos sanitarios.
La robótica colaborativa es aquella actividad tecnológica, inteligente y humana, capaz de potenciar el talento de las personas incorporando máquinas sin necesidad de sustituir o reemplazar a las personas. Esta faceta de la robótica posee una mayor flexibilidad para combinarse con el quehacer humano, sin dejar de lado la idea de automatización en favor del paciente, de los profesionales de la salud y de la competitividad global. La interacción cercana con las personas, el tamaño reducido de las máquinas o robots y la flexibilidad de estas, son algunas de las ventajas de la robótica colaborativa.
Entonces, ¿la robótica es un reto o una amenaza? La robótica debe introducirse de manera decidida y planificada en los entornos sanitarios y, para lograrlo, es necesaria la gestión del cambio en la organización y la introducción paulatina de tareas o sistemas con principios de inteligencia artificial. Lo más importante es no caer en la deshumanización y sumar esfuerzos robot-humano, siempre en beneficio del paciente y de los profesionales médicos.
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