La atención sanitaria general o de cualquier especialidad médica, así como las sesiones que se realizan en clínicas de psicología y psiquiatría, entre otras, han cambiado. Desde que la pandemia del coronavirus llegó al mundo, aspectos tanto de la vida personal de la gente como de la profesional se han visto afectados. En ese segundo plano, concretamente en el ámbito sanitario, ha cogido un gran impulso la teleconsulta.
Las teleconsultas son un modo distinto, virtual y a distancia de atender a los pacientes, sin que estos tengan que salir de casa. Y también sirven para la comunicación entre los mismos profesionales de la salud o incluso para formar a nuevos trabajadores sanitarios.
Las herramientas tecnológicas actuales permiten que esta alternativa a la tradicional cita presencial esté ganando terreno por las ventajas que ofrece, aunque tampoco se pueden obviar sus inconvenientes.
Si tienes una clínica especializada o una consulta médica, seguro que te interesa conocer en más detalle cómo se practica la telemedicina y las claves para utilizarla con buenos resultados. Porque lo que sí está claro es que el futuro podría pasar por ella, sobre todo después de haberse hecho un hueco durante esta crisis vírica. Tanto profesionales como pacientes han visto cómo funciona la telesalud, y la teleconsulta se ha convertido en una solución muy útil.
¿En qué consiste la telemedicina?
La telemedicina es un concepto tan real y potente ya, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) le ha dado su propia definición. Nosotros te explicamos de qué se trata con otras palabras: consiste en la prestación de servicios sanitarios a través de tecnologías de la información y la comunicación. Es decir, móviles, tabletas, ordenadores, etc. La teleconsulta se puede utilizar para prevenir enfermedades, realizar diagnósticos, comprobar los resultados del tratamiento que esté siguiendo el paciente y evaluar cómo se encuentra.
Sin embargo, también se incluye en este concepto la formación continua de los futuros profesionales de la salud. Y es que las TIC aplicadas a este sector ofrecen posibilidades muy variadas.
En general, la telemedicina es ya una pieza clave para transformar la sanidad, volverla más sostenible y mejorar la vida de muchas personas. ¿Por qué? Porque aporta ventajas muy interesantes.
Pros y contras de la telemedicina y las teleconsultas
Entre los pros de esta modalidad de teleasistencia se encuentra el ahorro de costes, ya que estos son mayores en la consulta presencial clásica. Al ser a distancia, a través de una pantalla, con la teleconsulta se logra reducir gastos y, por otro lado, se mejora la eficiencia del servicio, que es más rápido y cómodo para todos. También se incrementa la comunicación y la coordinación entre profesionales, así como con los pacientes, por supuesto.
Los tipos de servicios que la telemedicina permite prestar es otra de sus ventajas: responder a una visita rutinaria para comprobar el bienestar de la persona, recetar medicamentos, asesorar en nutrición, examinar algunas partes del cuerpo como la piel o los ojos, etc. Incluso es posible atender de urgencia determinados problemas que no requieran de contacto físico.
Además, la teleconsulta es de gran utilidad para prestar la atención necesaria a los pacientes de zonas de difícil acceso o directamente inaccesibles. Aunque estos casos suelen ser más puntuales que habituales, es importante recordarlo. Como también lo es saber que hay personas que no pueden acudir presencialmente a un centro de salud, por ejemplo.
Por otro lado, recibir asistencia médica a distancia es una buena alternativa también para reducir el riesgo de enfermar o coger alguna infección durante la visita al consultorio.
Ahora bien, en la telesalud no todo es positivo. Su principal contra es que no todos los diagnósticos se pueden realizar de forma virtual, sino que en muchos casos es necesario examinar al paciente en persona. Lo mismo ocurre si debe realizarse alguna prueba como una radiografía o una resonancia. Por otro lado, pueden surgir problemas técnicos durante las consultas online o es posible que la empresa aseguradora del paciente no cubra los gastos de estas asistencias telemáticas.
Claves para una buena teleconsulta médica
Como profesional de la salud, para mantenerte al día debes saber trabajar delante de un ordenador o dispositivo y ser capaz de ofrecer una teleconsulta médica de calidad. Una de las claves fundamentales para ello es aprender a usar la tecnología en cuestión y saber expresarte frente a la pantalla como si la persona estuviese delante tuyo físicamente.
Además de una cierta formación previa relacionada con lo que acabamos de mencionar, tienes que considerar el espacio en el que trabajas para evitar interrupciones y asegurar la privacidad del encuentro virtual. Cuida la imagen profesional que das, con tu uniforme, con un fondo neutro detrás de ti y sin elementos que puedan distraer. Y recuerda mantener la cámara a la altura de tus ojos.
Por otro lado, también es importante que tengas buena conexión a internet, que dispongas de un buen ordenador o dispositivo y que en él se encuentren digitalizados los documentos necesarios para la consulta. A partir de ahí, puedes incluso compartir tu pantalla para mostrarle resultados al paciente o mandárselos después en PDF.
Recuerda hablar con calma y con claridad en todo momento, ya que puede existir un cierto retraso en la comunicación. Y, por último, establece un tiempo límite de duración para las citas.
En definitiva, para practicar con éxito la teleconsulta médica o clínica debes cuidar estos y otros factores, aunque no siempre sea posible. Cuando sí lo sea, te aconsejamos disponer de excelentes herramientas para brindar una atención de calidad, cómoda para ti y en la que no haya problemas técnicos. Para ofrecer el mejor servicio y contar con más facilidades, puedes usar la solución Ekon Health, un software sanitario completo y fiable.
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