El trabajo en remoto es la opción elegida por las empresas que han avanzado hacia un modelo de negocio más horizontal. No son necesariamente líderes en tecnología, pero sí que se mantienen al día con los últimos avances para adoptar la automatización que les permitirá ser más ágiles y eficaces.
Los responsables de estas organizaciones tienen claro que trabajar desde casa aumenta la productividad. Según un estudio, “los empleados en remoto trabajan 1,4 días más al mes que quienes desarrollan su actividad en la oficina, lo que resulta en más de tres semanas adicionales de trabajo al año”.
¿Qué implica el trabajo en remoto?
El trabajo en remoto necesita del cloud y la tecnología. Gracias a estas herramientas, se pueden llevar a cabo todas las tareas programadas para cada jornada laboral desde una ubicación remota (es decir, cualquier lugar que no sea la oficina).
Aprovechar esta oportunidad implica recurrir a soluciones de software y administrar todas las actividades en los sistemas, red, estaciones de trabajo, servidores o puntos finales de un cliente, desde una localización remota.
El acceso a la información y la buena comunicación son dos aspectos clave para lograr que este planteamiento funcione. Otro factor importante es la cultura, que se caracteriza por lo siguiente:
- No hay espacio para la microgestión.
- El compromiso debe ser un rasgo común en todos los miembros del equipo.
- Los recursos se comparten.
- La agilidad es un valor en alza.
- Se trabaja por objetivos o proyectos. Los resultados son más importantes que las horas.
Existen muchas formas de trabajar de manera remota, aunque las más efectivas son las que promueven la comunicación del equipo, facilitan la integración de las herramientas tecnológicas, dan a la seguridad informática la importancia que merece y dejan libertad a cada profesional para elegir sus tiempos de trabajo (siempre que se respete el horario de disponibilidad).
En cualquier caso, invertir en tecnología fiable es un paso necesario, ya que este elemento será el que mantenga unidos a personas y sistemas, lo cual facilitará alcanzar los objetivos marcados.
¿Has oído hablar del Smart working? En el momento en que vivimos, conviene saber en qué se diferencia del teletrabajo y cuáles son sus pros y contras.
Ventajas del trabajo en remoto
En el mundo tan competitivo en que vivimos, conviene aprovechar los beneficios del trabajo en remoto, que son muchos tanto para la plantilla como para la organización. Entre las principales ventajas de este modelo se encuentran las siguientes:
- Ahorro, para la empresa y el empleado. Hablamos de evitar costes de desplazamientos, de manutención en viajes de negocios y de instalaciones, y costes relacionados con el tiempo.
- Talento. Las empresas que optan por flexibilizar su modelo de negocio, por ejemplo, ofreciendo la posibilidad de optar por el trabajo en remoto, pueden contar con una mayor reserva de talento potencial (casi sin limitaciones geográficas). Además, suelen resultar interesantes para más candidatos, que valoran la autonomía que garantiza una organización horizontal. A parte, el compromiso de la plantilla aumenta, ya que ve mejorada la conciliación de su vida familiar y laboral, cosa que también evita la rotación de empleados.
- Efectividad. Una mayor autonomía y menos interrupciones (como las que se producen en la oficina) pueden aumentar la productividad de los empleados. Además, al implementar políticas de trabajo en remoto se nota un descenso del absentismo (hasta en un 41 %, según un reciente estudio).
- Rentabilidad. Los empleados mantienen el salario y los beneficios completos, pero reducen ciertos costes del hogar, al poder ocuparse de tareas que, de otro modo, no alcanzarían a asumir por falta de tiempo. Por su lado, la empresa reduce los costes en reclutamiento y formación de nuevos empleados, al mantener una plantilla leal; evita gastos en desplazamientos y obtiene un mayor rendimiento de las horas trabajadas por el equipo.
La gestión de un equipo en remoto. Desafíos del teletrabajo que la tecnología puede resolver
El trabajo en remoto afecta a la gestión del rendimiento y la simplifica. Sin embargo, hay que cambiar la forma de hacer las cosas. Ya no es posible pasarse por el escritorio de alguien para ver cómo avanza un tema o llamar a una persona al despacho para que entregue un informe que se le había solicitado.
La tecnología es clave en esta transformación que, por una parte, requiere de algo más de planificación para coordinar mejor las cosas; mientras que, por otra, asegura la agilidad y el respeto. Menos interrupciones fortuitas y más comunicaciones programadas mejoran la calidad del trabajo y de las relaciones entre personas dentro de la organización.
Con las herramientas adecuadas, es posible alcanzar un nivel de eficacia superior, ganar en visibilidad con respecto al planteamiento tradicional y aumentar el nivel de compromiso de los miembros del equipo.
Si tienes ganas de enfrentarte con éxito a los desafíos que plantea el trabajo en remoto, puedes leer este artículo que te ayudará a descubrir cómo convertir tu negocio en una empresa inteligente.
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